La última guía a iglesia chilena

Algunas nunca han estado en cisma con la Iglesia de Roma (como la Iglesia maronita y la ítalo-albanesa) y otras han surgido de divisiones de las iglesias Ortodoxas o de las antiguas iglesias nacionales de oriente.

Asimismo es extraordinario la posición que ocupa el obispo de Roma. Este recibe el título de papa y se le considera no solo obispo de su diócesis sino dirigente de la Iglesia católica entera, es sostener, Pastor y Doctor de todos los cristianos oportuno a que es considerado el sucesor de San Pedro.[1]​ Su opción ha ido variando a lo dilatado de la historia; desde el siglo XI es favorito por el colegio cardenalicio en el cónclave.

La división entre las iglesias de Oriente y Poniente dio punto a la existencia de comunidades de ritos orientales que se mantuvieron o entraron en plena comunión con la Iglesia de Roma, conservando su liturgia, pero que en algunos casos se han latinizado en algún categoría.

Las raíces del santoral se remontan a los primeros siglos del cristianismo, cuando las comunidades cristianas comenzaron a recordar y celebrar la memoria de sus mártires y otros santos ejemplares.

En el interior, desde una ventana, se pueden ver aún los restos de materiales de obra de la primera rehabilitación. Las paredes están en mal estado, al igual que el suelo o lo que queda de un retablo de madera en el ara anciano y del antiguo púlpito.

Bernardo de Claraval, doctor de la Iglesia y hábil espiritual de la orden del Císter del siglo XII, representado en la imagen abrazando a Cristo.

El representante permanente de la Santa Sede en presencia de la ONU, Silvano Tomasi compareció frente a el Comité contra la tortura e informó durante diez años se investigaron 3420 casos de abusos a menores de edad, dando como resultado que se apartaran de su cargo a 884 sacerdotes.[148]​

Con el tiempo, el santoral se fue ampliando para incluir a santos de diferentes épocas y lugares del mundo.

[…] Es bueno que la Iglesia dé este paso con la clara conciencia de lo que ha vivido en el curso de los últimos diez siglos. No puede atravesar el comienzo del nuevo milenio sin animar a sus hijos a purificarse, en el arrepentimiento, de errores, infidelidades, incoherencias y lentitudes. Inspeccionar los fracasos de ayer es un acto de nobleza y de valentía que nos ayuda a reforzar nuestra Certidumbre, haciéndonos capaces y dispuestos para afrontar las tentaciones y las dificultades de actualmente.[149]​

Santidad: la Iglesia católica, a pesar de los pecados y faltas de cada individuo de sus miembros que aún peregrinan en la Tierra, es en sí misma santa pues santo es su fundador y santos son sus fines y objetivos. Asimismo, es santa mediante sus fieles, sin embargo que ellos realizan una actividad santificadora, especialmente aquellos que han apurado un alto graduación click to read more de virtud y han sido canonizados por la misma Iglesia.

El papa goza en la Iglesia católica de un status de clasificación suprema, poseyendo el primado sobre todos los demás obispos y la plenitud de la potestad de régimen (como se denomina en la Iglesia católica al poder legislador, Ejecutor y jurídico), la cual puede desempeñar de forma universal, inmediata y suprema sobre todos y cada individualidad de los pastores y de los fieles católicos.

Durante la preparación del Hormiguero del año 2000 (el 10-11-1994) el papa subrayó en una carta apostólica al episcopado, al clero y a los fieles: Campeóní es justo que, mientras el segundo Milenio del cristianismo llega a su fin, la Iglesia asuma con una conciencia más viva el pecado de sus hijos recordando todas las circunstancias en las que, a lo grande de la historia, se han alejado del espíritu de Cristo y de su Evangelio, ofreciendo al mundo, en oportunidad del declaración de una vida inspirada en los valores de la Confianza, el espectáculo de modos de pensar y actuar que eran verdaderas formas de antitestimonio y de escándalo.

Son consideradas iglesias sui iuris y están en un plano de igualdad con el rito latino, como afirmó el Concilio Vaticano II a través del documento Orientalium Ecclesiarum. Los fieles de estas iglesias están fuera de las jurisdicciones de los obispos latinos, excepto en los casos en los que no tengan una jurisdicción propia.

La contrarreforma fue la respuesta a la reforma protestante de Martín Lutero, que había debilitado a la Iglesia católica. Denota el período de resurgimiento católico desde el pontificado del papa Pío IV en 1560 hasta el fin de la Conflagración de los Treinta Primaveras, en 1648. Sus objetivos fueron renovar la Iglesia católica y evitar el avance de las doctrinas protestantes.

Según la doctrina católica, la Salvación del alma se obtiene por medio de la Convicción en Nazareno y de las buenas obras, lo que constituye un punto diferencial clave con otros grupos cristianos como los Protestantes y Evangélicos, los cuales predican que solamente la Convicción en Cristo es necesaria para la salvación del alma, siendo las obras una consecuencia de esta. Mandamientos de la Iglesia[editar]

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